Por Micah Willbrand
Como es bien sabido, las empresas del sector energético —incluidas las de petróleo y gas— se ven profundamente afectadas por eventos geopolíticos como cambios de gobierno, conflictos armados y desastres naturales. Además, la industria enfrenta cada vez más el impacto de regulaciones globales, sanciones significativas y otros desafíos que comprometen la salud de sus operaciones. Sin embargo, el impacto del soborno y la corrupción, y su capacidad de expandirse hacia nuevas áreas del negocio, constituye una de las amenazas emergentes más graves para el sector.
Además de vigilar sus propias acciones altamente reguladas, las empresas de petróleo y gas —al igual que otras que operan globalmente— son cada vez más responsables por la conducta de sus ejecutivos y empleados. En este contexto, el esfuerzo por frenar el soborno y la corrupción, y mantener el cumplimiento normativo, está transformando la forma en que muchas compañías operan, llevándolas a adoptar soluciones tecnológicas para gestionar lo que antes se consideraba un problema de gestión interna.
Cumplir con la multiplicidad de regulaciones es una tarea de tiempo completo. Ante esta presión creciente, muchas empresas están ampliando sus equipos de cumplimiento. El modelo actual consiste en reunir contadores, analistas y abogados para revisar manualmente transacciones, facturas y datos de adquisiciones en busca de comportamientos sospechosos. Pero esta solución manual es limitada y no escalable. Dada la complejidad y el volumen de datos, es más fácil que nunca que los equipos de cumplimiento pasen por alto señales críticas.
Por ello, las empresas del sector energético están recurriendo cada vez más a tecnologías de automatización, especialmente programas analíticos diseñados para detectar y detener conductas ilícitas que pueden ser desastrosas tanto para los resultados financieros como para la reputación corporativa.
Analítica avanzada y detección de irregularidades
Se han desarrollado sistemas analíticos sofisticados con reglas específicas para identificar transacciones, facturas y datos de adquisiciones sospechosos. Estas actividades se marcan para que los equipos investiguen los resultados del análisis técnico, lo que hace el proceso más eficiente y productivo.
Estos sistemas buscan transacciones fuera del flujo normal del negocio: pagos duplicados o mal programados, facturas falsificadas y otras irregularidades. El programa analiza el libro mayor de la organización para detectar estas anomalías y alertar a los analistas.
Una de las áreas más vulnerables al soborno y la corrupción es la adquisición de licencias de petróleo o minería. Durante el proceso de licitación, un agente local contratado por la empresa puede canalizar sobornos a funcionarios encargados de otorgar la licencia. Una vez adjudicado el contrato, los pagos se disfrazan como honorarios a funcionarios o subcontratistas.
Un sistema analítico especializado examina todas las transacciones relacionadas con el acuerdo y busca pagos cuestionables, considerando variables como el momento del pago, el tipo de organización o comportamientos inusuales, como bonificaciones únicas no pactadas previamente.
El poder de la inteligencia artificial
Estos sistemas analíticos suelen estar diseñados con inteligencia artificial (IA) en su núcleo. Incluyen capacidades de “fast track” basadas en miles de horas de investigación, que permiten identificar rápidamente escenarios comunes que activan alertas. A medida que la organización introduce transacciones, el aprendizaje automático comienza a reconocer qué constituye una situación “normal” para ese negocio.
Esta información se retroalimenta al sistema, permitiendo aprendizaje personalizado y colectivo para todos los usuarios. Los métodos para evadir la detección son cada vez más sofisticados, pero los sistemas analíticos incorporan décadas de escenarios de riesgo y se actualizan constantemente con cada transacción procesada.
Construidos sobre infraestructuras capaces de manejar más de 50 millones de transacciones diarias, estos sistemas son escalables y de alto rendimiento.
Áreas clave de aplicación
La analítica contra el soborno y la corrupción se agrupa en tres áreas principales:
- Viajes, gastos, regalos y entretenimiento: suele ser el primer ámbito de implementación, ya que mejora procesos existentes.
- Cuentas por pagar.
- Cuentas por cobrar.
Las organizaciones priorizan estas áreas según sus riesgos específicos o exigencias de clientes.
Un cambio de paradigma
La introducción de tecnologías especializadas ha traído un alivio significativo a las empresas de petróleo y gas. Históricamente, el soborno y la corrupción han sido áreas desatendidas desde el punto de vista técnico, dejando a las organizaciones expuestas a riesgos legales, reputacionales e incluso penales. Hasta ahora, los profesionales de cumplimiento, ética y legales dependían de soluciones internas para gestionar investigaciones y requisitos normativos.
Esta situación los obligaba a centrarse en programas de capacitación y concienciación, ante la ausencia de sistemas analíticos. Hoy, la capacidad de integrar sistemas ERP dispares, analizarlos con herramientas avanzadas y gestionar casos e informes de denuncias representa un cambio radical para la industria.
El camino por delante
El futuro está lleno de oportunidades para expandir el uso de analítica automatizada en la lucha contra el soborno y la corrupción. El sector energético está en una posición privilegiada para aprovechar estos avances. La creación continua de soluciones más rápidas y precisas será clave para mantenerse por delante de los esquemas delictivos.
Actualmente, cerca del 50 % de los casos se revelan por denuncias internas. Con nuevas soluciones, estas pistas serán más fáciles de rastrear y probar. Los sistemas de gestión de casos ofrecerán flujos de trabajo seguros y eficientes para registrar y revisar denuncias, y se aplicarán también a otras áreas de cumplimiento, como salud y seguridad.
A medida que la analítica especializada gana terreno, las empresas que no adopten estas tecnologías podrían quedar rezagadas. Lo más importante: estas herramientas permitirán a las compañías crecer de forma responsable al ingresar a nuevos mercados y geografías.
Hoy, muchas oportunidades se pierden por considerar ciertos entornos demasiado riesgosos. Las nuevas soluciones permiten abordar estos mercados con supervisión centralizada y mínima disrupción operativa.
Fuente: Oil & Gas Financial Journal



